Los Vampiros están entre nosotros

La idea de crear un Centro AntiVampiros hunde sus raíces en las historias de Vampiros de Mario Corte y en la filosofía de vida que de ellas deriva.

Se trata de historias "verdaderas", en el sentido que Corte crea, pero no "inventa", sus historias; y crea, pero no "inventa" sus Vampiros; incluso si contienen elementos fantásticos, sus historias no son fantásticas, son historias reales. Corte escribe sobretodo historias de Vampiros "humanos", que se mueven en nuestro mundo, que actúan de día, que utilizan nuestros nombres y ejercen nuestras profesiones. Seres cuyo mordisco no es menos letal que el de Drácula, de Carmilla o de Vurdalak; seres sin piedad como sus homólogos de ultratumba, e incluso más astutos que ellos. Cada día, nos encontramos con estos seres.


Identikit del Vampiro

Intentemos entender qué es exactamente el personaje del que ahora nos ocuparemos. El Vampiro es un ser que se nutre de la energía de los otros, de la fuerza vital de sus iguales. Con una especial predilección hacia la "especie de los inocentes ". Y por lo tanto no es raro - sino muy frecuente - que ataque a los niños. Es una criatura que necesita sustraer energía a los otros porque no está satisfecho de él mismo y cree que no tiene bastantes reservas propias para afrontar adecuadamente los desafíos del mundo que le rodea.

Es alguien que, incluso en vida, ya está profundamente "muerto" (es, precisamente, el no-muerto de la literatura vampírica) porque en su ser íntimo se siente sustancialmente una nulidad y cree poder enmascarar vergüenza actuando de una manera que engañe, mortifique o humille a los otros a la mínima ocasión posible.

Cada acción suya, cada palabra, cada comportamiento está subordinado a un "robo de energía". O sea de sangre. Es alguien que se siente culpable de ser como es. Pero dado que cree que el vacío que siente, producido por esa culpa, no puede "llenarse" de ninguna manera, a través de esta culpa acaba por sintonizar con las frecuencias de demonios y brujas - culpables por antonomasia - evocando desde el pantano de sus sentimientos los monstruos del abismo y desencadenando su furia, que una vez liberada es incontrolable.

Así pues, según nuestro punto de vista, el Vampiro de la literatura no es sino una metáfora de un tipo humano extremadamente confundido en nuestro mundo y la infección vampírica se puede considerar una epidemia de amplias proporciones.

Y, sin embargo, si comenzamos a investigar sobre este fenómeno, nos damos cuenta que no es suficiente individuar el Vampiro "social" en la figura del potente-prepotente - que ciertas interpretaciones políticas del mito vampírico han estigmatizado - sino que es necesario prestar atención al vasto bandada de aquellos seres, en apariencia inofensivos, que, dado que no consiguen abrirse a la vida, tiran hacia delante su insignificante existencia sustrayendo "módicas" cantidades de energía vital a sus iguales, sobretodo a los menos acostumbrados a este mecanismo, los "inocentes". Y de este modo, también algunas personas que parecen inocuas a primera vista, o incluso comprometidas en la lucha contra la hipocresía y las injusticias de la sociedad, se pueden revelar como persecutores sin piedad.

 

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